
Discurso en Conmemoración del 78° Aniversario de la Asociación de Periodistas de Guatemala
Distinguidos invitados especiales, colegas y amigos de la prensa,
Hoy nos congregamos para celebrar el 78° aniversario de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), una institución que ha sido no solo un faro en la defensa de la libertad de expresión, sino también un guardián de los valores democráticos que sostienen nuestra sociedad. Fundada durante los años de la Revolución de 1944, un período de transformación y esperanza para nuestro país, la APG ha mantenido vivo el espíritu de aquellos ideales revolucionarios que clamaban por justicia, igualdad y progreso.
Desde sus primeros días, la APG ha asumido la noble y ardua tarea de proteger y promover la libertad de expresión y de pensamiento, principios que hoy están consagrados en el artículo 35 de la Constitución de la República. Esa libertad no es solo para los periodistas y medios de comunicación; es un derecho fundamental para toda la sociedad guatemalteca. Sin periodismo no hay democracia, y sin democracia no hay esperanza.
En este contexto, reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable con estos ideales. En un mundo donde las voces críticas enfrentan persecución y los derechos fundamentales se ven amenazados, es más importante que nunca alzar la voz en defensa de nuestros colegas. Nos solidarizamos profundamente con los 19 periodistas criminalizados y exiliados por el Ministerio Público, y expresamos nuestro apoyo a José Rubén Zamora, cuya persecución judicial es un claro ataque a la libertad de prensa. Reconocemos su valentía y perseverancia frente a un proceso injusto que busca amedrentar el ejercicio del periodismo.
Asimismo, extendemos nuestra solidaridad por las amenazas y hostigamiento a Prensa Comunitaria y a Nelton Rivera, quienes han dado una plataforma a las voces históricamente silenciadas. Su trabajo ejemplar ha permitido a comunidades marginadas participar en procesos de desarrollo económico y social, demostrando que el periodismo puede ser un agente de cambio y equidad.
No podemos permanecer en silencio ante las acusaciones injustas contra líderes indígenas de Totonicapán y Sololá, quienes ahora enfrentan cargos bajo leyes destinadas al crimen organizado. Su lucha es un recordatorio de la importancia de la resistencia y la libre manifestación, derechos protegidos por nuestra Constitución. La APG se alza firme en defensa de estos líderes y comunidades, reafirmando nuestro compromiso con la verdad, la justicia y los derechos humanos. Elevo nuestra mente y corazón en reconocimiento por los socios fallecidos este año el ex presidente Salvador Bonini, ex vicepresidente Mauricio Barrera, así como al socio de Coatepeque Ismael Alonzo González asesinado cobardemente, y el deceso del ex directivo y periodista deportivo quetzalteco Mario Dominguez Valiente. No podemos dejar de mencionar al Papa Francisco, que hace algunos días dejo esta tierra, quien además de su legado humanista, por la paz, la tolerancia y el dialogo tuvo una actitud crítica y de reflexión hacia la labor de los medios y los periodistas al expresar cuatro líneas de autorregulación que debemos tomar en cuenta para no caer en errores a la hora el ejercicio de la profesión: primero es la desinformación: porque existe el derecho social de estar informado y si solo se informa la mitad es una desviación. Segundo: la calumnia que esta a la orden del día y sin ningún problema en muchos medios y en mayor medida en las redes sociales en donde se hace impunemente. Tercero: la difamación y plantea que toda persona tiene derecho a la reputación y si en algún momento cometió un error y se disculpó por ello, no se puede volver a cargar eso con el correr del tiempo. Y el cuarto: es la Coprofilia: el amor a la cosa sucia, el amor a los escándalos pues muchos medios viven de eso.
Pero mientras reflexionamos sobre el legado histórico de la APG, también miramos hacia el futuro. En mayo, daremos un paso trascendental hacia la modernización y la virtualidad, con la apertura de la Academia de Formación Técnico Profesional de la APG. Este programa educativo tiene como objetivo elevar la calidad del periodismo en Guatemala, ofreciendo formación continua basada en el pensamiento crítico, la ética profesional y las narrativas digitales. Creemos que un periodismo fortalecido es la columna vertebral de una sociedad informada y democrática.
Hoy, al celebrar estos 78 años, renovamos nuestro compromiso con los valores que han definido a la APG: la defensa de la verdad, la promoción de la libertad de expresión y el fortalecimiento de la democracia. Que este aniversario sea no solo una conmemoración del pasado, sino también una proclamación de nuestro compromiso con el futuro. Agradezco a la Junta Directiva por su compromiso y responsabilidad en este reto, así como a las comisiones y la Asamblea General por acompañar el proceso de modernización de la entidad que incluirá este año la renovación de los estatutos para la modernización y actualización de la entidad con los nuevos cambios.
¡Larga vida a la Asociación de Periodistas de Guatemala y al periodismo comprometido con la verdad y la justicia!